La imágen del vino...
Quintessa Winery


La pareja chilena Valeria y Agustin Hunneeus adquirieron una finca de 113 hectáreas en Rutherford, (Napa Valley, California), donde fundaron Quintessa Winery. La bodega, concluida en 2002, esta circundado por un muro de piedra en forma de media luna que se integra armoniosamente en el paisaje.

El estudio de arquitectura Walker Warner Architects de San Francisco, diseñó la bodega para reflejar el deseo del matrimonio Huneeus "el de una estructura discreta que se mezcla en los contornos de la propiedad". La selección del sitio para la ubicación de la bodega se basó en un análisis de muchos criterios. La cuestión más importante era la necesidad de minimizar el impacto de una gran estructura de los viñedos existentes y el paisaje circundante. Casi construido en la ladera, la simple forma escultural edificio principal refleja el grado natural del paisaje. Mientras que el exterior de la bodega se armoniza con el paisaje, los interiores son elegantes y modernos. Una fachada de piedra local junto al paisaje natural de las plantas nativas y árboles de roble crean un medio de presencia sutil del terreno diverso.


La ubicación del edificio en forma de media luna, proporciona visual y acceso vehicular directo a la vía pública cercana. También permite el transporte de uvas desde los tractores destinadas a la terraza de la azotea, donde las uvas se pueden mover a través del proceso de fermentación por gravedad. Flujo por gravedad es un elemento clave en el diseño de Quintessa. El flujo de la gravedad de uvas exprimidas ayuda a garantizar el vino de muy alta calidad, minimizando el tratamiento mecánico y el bombeo de uso frecuente en la producción de vino típico.


La bodega está equipada con lo último en tecnología de elaboración del vino, tanques de roble francés y de acero inoxidable ubicados a lo largo de la pared frontal de la bodega, dos prensas cesta Vaslin-Bucher JLB automatizados, diseñados para Quintessa, estan ubicadas estrategicamente en el centro de la sala de fermentación para recibir las uvas para la fermentación y maceración. En el corazón de la bodega y con vistas a los tanques y las prensas, se encuentra la acristalado sala de mezcla junto al moderno laboratorio contiguo donde el progreso vinificación es cuidadosamente vigilados diariamente.


Detrás de la sala de prensa se encuentra la entrada principal a las cuevas de Quintessa la estructura de 365 metros lineales y 1,400 m2 de túneles y cuevas excavadas en la ladera de ceniza volcánica directamente detrás de la bodega. Aquí el vino se deja envejecer en barricas de roble francés en las condiciones de las cuevas sótanos ideal para tres años a partir de la vendimia antes de su lanzamiento. La cuevas de la bodega tienen una capacidad para almacenar hasta 3000 barricas.
El diseño ambientalmente consciente ayuda con la calefacción y la refrigeración de la bodega. Techos con césped, masa térmica, y el uso de la ventilación nocturna al aire libre se oponen a la necesidad de refrigeración mecánica en el caso de las zonas de envasado y almacenamiento de vino. El diseño de la oficina separada y edificio de recepción utiliza proyecciones de la azotea y grandes pantallas de madera exterior para proteger la estructura del sol de verano.
Bodega: 2,500 m2
Cuevas para guarda: 1,400 m2
Edificio de oficinas: 445 m2
fuentes: quintessa.com, archrecord.construction.com
Plato y Porta Champagne con estilo



Bodega Clos Apalta


La idea de construir una bodega cuyo diseño y construcción se igualara en categoría al vino -que alcanzó 95 puntos en la revista Wine Spectator-, surgió de la misma dueña de la viña, Alexandra Marnier Lapostolle. Fue ella quien en 2001 solicitó al arquitecto chileno residente en París, Roberto Benavente, hacerse cargo de este proyecto, que además incluía el diseño de una casa de degustación y cuatro cabañas para visitas. A comienzos de 2006 Casa Lapostolle inauguró la Bodega Clos Apalta en el valle de Apalta, Colchagua. Allí se producirá solamente Clos Apalta, el vino ícono de Casa Lapostolle, que desde su primera cosecha en 1997- con la asesoría del enólogo francés Michel Rolland- ha sido reconocido mundialmente por su extraordinaria calidad.

Sus 4.600 m2 de edificación nacieron y se desarrollaron bajo el propósito de hacer una bodega 100% gravitacional, integrada como un todo al ambiente y aprovechando la climatización del subsuelo. Dos años fueron necesarios para completar su diseño final y dos años más para hacerlo realidad, con una inversión de US$ 10 Millones.


La construcción de la bodega es obra de los arquitectos Roberto Benavente, Bernd Haller y José Luis González. Concebida en cinco niveles, a 25 metros de profundidad, -tres de los cuales están enterrados en el granito de la ladera Apalta, perforados por la constructora GHG- que permitirán por gravedad realizar todo el proceso de producción: recepción, fermentación, barricas de primer año, barricas de segundo año, sala de mezclas y embotellado, eliminando la necesidad de la bomba, lo que puede afectar negativamente a los sutiles sabores de los vinos.


El lugar escogido fue en las más intrincadas laderas de Apalta, por sobre la cota de sus 140 hectáreas de viñedos; donde la inclinación no hacía posible ya más plantaciones. La gran sorpresa, un terreno con una roca madre impenetrable. Bernand Haller, el arquitecto de Amercanda que trabajó en Chile de la mano de Benavente y José Luis González, cuenta que después de cuatro meses de dinamitar el terreno extrajeron 50 toneladas de roca granítica del lugar para abrir paso a los cuatro niveles de construcción subterránea. Tan impresionante fue la roca madre con que se encontraron que hasta decidieron hacer cambios en el diseño original del edificio para poder verla cada día en toda su majestuosidad. Y fue debido a la concepción de proyecto como amigable con el ambiente y con el fin de evitar invadir lo menos posible el paisaje, que volvieron a tapar cuatro de los cinco pisos. Además, pensando en ser amigables con el ambiente, devolvieron al cerro parte de la roca extraída al recubrir con láminas de roca sus suelos y escaleras. Algo que demuestra que fue un proyecto pensado con mucho detalle, y por sobre todo, pensando a muy largo plazo.


Será en la Bodega Clos Apalta donde los 120.000 kg. de uvas desgranadas en su totalidad a mano en la sala de recepción de uvas y que provienen de los mejores cuarteles de vides de 50-80 años, plantadas con alta densidad, fermentarán en 21 cubas de madera francesa de 75hl, que corresponde al tamaño de una parcela de nuestro viñedo Apalta.


Luego bajarán por gravedad a las barricas nuevas de roble francés para su guarda en la sala de primer año cuyo techo tiene forma de cruz -recordando la constelación de la Cruz del Sur- para luego descender a las barricas de la sala de segundo año protegidas por una cúpula de delgadas láminas de raulí. En el quinto nivel se realizará el ensamblaje para luego bajar a la zona de embotellado y desde donde parte Clos Apalta para ser distribuidos en 40 países. Además, a través de una mesa en el centro de la sala de barricas de segundo año, cuya cubierta de vidrio se alza, se baja a la biblioteca de vinos donde se coleccionan muestras de todas las cosechas de Casa Lapostolle junto a los mejores vinos de otras bodegas chilenas.


Lo único que se puede observar desde el exterior de la bodega es el gran ventanal del piso 2 y sus 24 vigas de raulí curvas que simbolizan los 24 meses de elaboración de Clos Apalta. Arriba del piso dos y con vista al valle, otro simbolismo: una escultura con cuatro piedras y un reloj de sol que indicarán el paso de las cuatro estaciones del ciclo vegetal de la vid.


Sin contar la entrada principal, la bodega fue diseñada de tal manera que (de arriba hacia abajo) el piso uno sirve de patio de vendimia; allí se recibe la uva y realiza el despalillado o desgrane manual de las bayas de cada racimo. De allí, por gravedad, las uvas bajan hasta el nivel 2, donde 21 cubas de madera esperan para dar inicio a su fermentación. El vino nuevo, bajará desde allí hasta el nivel 3 donde le esperan las 400 barricas de roble francés que lo guardarán por su primer año. El nivel 4, entonces, recibe el vino para su segundo año de guarda (en otras 400 barricas). En el piso 5 se realiza el ensamblaje y en el sexto se guardarán las 50 cajas que cada año la bodega reserva para su vinoteca privada y también los vinos de los amigos. Cada piso fue diseñado para mostrar el vino con dignidad, sin dar cuenta de toda la maquinaria y tuberías que lo conducen de un nivel a otro y también escondiendo toda la más alta tecnología que hay detrás.



Fuentes: wineplus.cl, lapostolle.com, winetourschile.com
Fotos: lapostolle.com, tewligan panoramico.com, barqo.cl
Arquitectura de Vanguardia en La Rioja Alavesa (video)
Leo Hillinger Winery









Dominus Winery

Cuando Bodegas Dominus decidió construir su nueva bodega en Napa Valley, Yountville, California, recurrieron a los arquitectos Herzog & De Meuron por un diseño funcional, de almacén con consideraciones ambientalistas, bodega y edificio de oficinas.
El resultado es un impresionante angular obelisco conformado por canastas (gaviones, usadas para la contención de tierra) de rocas de basalto del American Canyon dentro de una malla de alambre duro ( con variación en la densidad de malla de alambre y en el tamaño de relleno de roca finamente orquestada). Por una parte, en lugar de reducir el impacto visual provocado por las dimensiones del edificio (100 m. de largo por 25 m. de profundidad y 9 m. de altura), los arquitectos suizos han elegido acentuar la desproporción y confiar el exterior a la estereometría de un volumen único y compacto.

De lejos, el edificio parece ser plenamente de concreto, pero a medida que se aproxima su carácter de piedra se revela. El resultado es un sistema funcional que permite que la brisa de California airee la bodega.
Desde el punto de vista tipológico se trata de una bodega para la conservación de toneles y barricas, además de una sección dedicada a oficinas. Cabe destacar que la sección donde se ubican las barricas no posee la ¨piel de piedras¨, y esta ubicada debajo de las oficinas, las cuales poseen vista sobre el viñedo a través de los vanos desprovistos de la ¨piel de piedras. En el interior, la posibilidad de variar la cantidad de piedras dentro de cada una de las cajas permite hacer diferencias en el espesor de las paredes. Esto añade a la característica moderación de temperaturas, propia de los edificios antiguos, la de la ventilación y la iluminación natural, aunque, al contrario que se hace con los sillares antiguos, las piedras más grandes están encima, y las más pequeñas debajo. La luz flota a través de los bloques, crea texturas impredecibles, que cambian según las diferentes condiciones externas y las formas de la piedra
Arquitectos: Herzog & De Meuron Architekten
Localización: Yountville, Napa Valley, California, EE.UU.
Año de proyecto: 1995
Año de construcción: 1996-98
Coste: US$ 5.400.000
Superficie útil: 4.100 m2
Herzog & De Meuron, premio Pritzker 2001. Vale mencionar que estos arquitectos suizos son los mismos que diseñaron el Estadio Nacional de Beijing (Nido de pájaro) para las pasadas Olimpiadas.
Fuente y fotos: floornature.biz, architectureweek.com