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Bodega Dairen


Bodegas Darien conjuga toda la esencia tradicional de Rioja con una visión de vanguardia, tanto en los vinos, como en la bodega, su gastronomía y su arte.

Visitando el blog de Adictos a la Lujuria (quienes hacen visitas por diversas bodegas de España haciendo una detallada descripción del recorrido hasta la cata de los vinos), encontré esta bodega que me pareció interesante desde el punto de vista del manejo formal de volúmenes prismáticos sobre el verdor de los viñedos.

A 7 km de Logroño, por la carretera de Zaragoza nos encontraremos con la imponente arquitectura de Darien, una de las bodegas riojanas que mejor han sabido combinar tradición y modernidad. Con un diseño extremadamente exquisito, la visita a la bodega tiene un gran atractivo enoturístico. Además organizan cursos de cata de vinos, tienen un espacio de arte, un restaurante de alto nivel y salas preparadas para organizar eventos corporativos, también disponen de una sala excepcional donde podremos ver una representación de los vinos elaborados en la bodega, desde un reserva, a un gran reserva, destacando un rosado con unas características especiales que lo hacen diferente a otros vinos de su gama.

El arquitecto Jesús Marino Pascual es el responsable de plasmar todo el espíritu y la filosofía de los vinos Darien en una bodega muy singular de 7.130,93 m2 construidos.

No ha habido detalle que no se haya tenido en consideración: el cuidado y la integración con el delicado paisaje de la finca Darien I ha sido una premisa; la sostenibilidad energética, un principio; el orden, la funcionalidad y la incorporación de la última tecnología enológica una obligación.


La inspiración salió de los propios viñedos riojanos “…donde la sucesión de lomas y cerros hacen crear al hombre una interminable malla de viñas separadas entre sí por pequeños taludes y ribazos… de esos ribazos emergen piedras, piedras con aristas todavía no erosionadas por el viento. Así, siguiendo esta analogía, en el ribazo sobre la viña, del cerro que lo domina, emerge la bodega presentándose como una agregación de grandes peñascos que giran unos sobre los otros dejando pasar la luz.
Entre cuerpo y cuerpo, entre cara y cara se ocultan grandes paños de vidrio que iluminan estancias y lugares nunca convencionales”.


Especial atención merece la sala-museo de la Historia de la Cerámica en La Rioja, una singularidad cultural de la bodega, propietaria de esta valiosísima colección sobre la que desarrolló su tesis doctoral el historiador Enrique Martínez Glera.

Se trata de una sala pensada y construida expresamente para albergar la colección. Necesitábamos luz cenital para dibujar bien las formas de las vasijas. Ello explica la macla de las dos pirámides truncadas e invertidas, cuya superposición nos permite albergar las dos plantas. Y los planos inclinados de la figura piramidal, la disposición de estantería de manera escalonada, posibilitando así obtener iluminación cenital en todas las piezas sin producir sombras una sobre otra.


Todo se convierte en un ejercicio de racionalidad enlazando espacios y recorridos, cambiando de ambientes, pasando del luminoso hall a un secuencial oscurecimiento que desciende hacia las entrañas de las tierras que cobijan la bodega propiamente dicha. Es una zona de poca luz, sombría y misteriosa, un recinto panorámico desde el que divisamos la sala de elaboración roja, de color vino, tonalidad que contrasta con el brillo del acero inoxidable de los depósitos de fermentación. Y luego la sala de crianza o barricas, levemente iluminada, donde sólo vemos barricas y las imponentes vigas arqueadas del techo con el mismo perfil de una barrica. Y después, la sala de envejecimiento o botellero, con un ambiente que invita al respeto y al silencio: el vino duerme, necesita quietud.






Fuente: Adictos a la Lujuria, Jesús Marino Pascual, Bodega Dairen, europaconcorsi.com
Fotos: J. Marino Pascual & Asociados / Adriana Landaluce

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